LA GLOBALIZACIÓN
Se puede definir la globalización como un conjunto de procesos que contribuyen a una mayor interconexión e interdependencia entre los pueblos, lugares e instituciones del mundo. La definición que nos da la Wikipedia es completa e interesante: “La globalización es un proceso económico, tecnológico, social y cultural a gran escala, que consiste en la creciente comunicación e interdependencia entre los distintos países del mundo unificando sus mercados, sociedades y culturas, a través de una serie de transformaciones sociales, económicas y políticas que les dan un carácter global.”
Peter Dicken, geógrafo inglés, considera que no se puede relacionar la globalización con el simple proceso de adquirir dimensiones globales (un concepto puramente geográfico), sino que ha de relacionarse con procesos más complejos, relacionados con la integración. Según Dicken: La internacionalización es la simple extensión internacional de las actividades económicas nacionales. Es esencialmente un proceso cuantitativo que lleva a un patrón geográfico más extensivo de la actividad económica. En cambio la globalización es cualitativamente diferente del proceso de internacionalización. No sólo tiene que ver con la extensión geográfica de la actividad económica, sino también con la integración funcional de esa dispersión internacional de las actividades. (Dicken, P. Global Shift, 1985)
La Comisión Europea ha proporcionado una definición clásica de globalización: “La globalización se puede definir como el proceso mediante el cual los mercados y la producción de diferentes países están volviéndose cada vez más interdependientes debido a la dinámica del intercambio de bienes y servicios y a los flujos de capital y tecnología.” (Comisión Europea, 1997, página 45)
Beneficiados y perjudicados por la globalización
El fenómeno de la globalización ha afectado a todos los agentes mundiales (países, empresas multinacionales, organismos internacionales…), pero mientras unos se han visto beneficiados por el desarrollo de la interdependencia a nivel global, otros han salido perdiendo en términos de poder e influencia.
José Luis Sampedro decía que la tan celebrada globalización no era mas que un proceso en el que se transfería el poder de los Estados a las multinacionales. Efectivamente, con el proceso de globalización son las empresas y no los gobiernos y los Estados los que toman la iniciativa y el protagonismo en la economía mundial, si bien es cierto que estos últimos tienen todavía en sus manos los instrumentos de regulación para asegurar un mundo más competitivo y más justo (económica y socialmente). En el fondo, la globalización ha actuado como un proceso de reorganización y rebalanceo del poder, que pasa desde la política a la economía.
Un interesante listado de agentes beneficiados y perjudicados por la globalización lo encontramos en la obra La globalización como teatro: nuevo escenario, nuevos actores, nuevo guión (Kimon Valaskakis, 1999). En este libro se presentan las siguientes entidades afectadas por la globalización:
Las estrellas en declive
1. Los gobiernos de los Estados-naciones. La movilidad transnacional de las empresas, del capital y de la tecnología permite a los agentes del sector privado eludir las jurisdicciones nacionales y desplazarse a entornos más favorables. Al enfrentar a un gobierno con otro, pueden obligar a que los impuestos y las regulaciones se reduzcan a su mínimo común denominador. Del mismo modo, la globalización de la tecnología, a través de Internet, restringe gravemente el grado de libertad y efectividad de la intervención del gobierno. Los gobiernos de los Estados-naciones están perdiendo poder muy rápidamente.
2. Los gobiernos subnacionales. Son los gobiernos estatales y provinciales en los Estados federales, así como los gobiernos municipales, tanto en los Estados federales como unitarios. Estos gobiernos están reclamando cierto poder a expensas de los gobiernos centrales mediante el proceso de traspaso de competencias, pero están perdiendo, en términos generales, con respecto a los actores del sector privado, porque, al igual que los gobiernos nacionales, se ven obligados a competir unos con otros para ofrecer incentivos sumamente generosos que atraigan a los sectores productivos móviles.
Las estrellas en ascenso
1. Las empresas multinacionales. Son las estrellas en ascenso por excelencia, ya sean grandes empresas multinacionales o pequeñas empresas que funcionan en muchos países. A grandes rasgos, de los 200 actores económicos más importantes del mundo, cerca de 160 son empresas y sólo 40 son países. El poder de las empresas está siendo potenciado todavía más por las fusiones, las adquisiciones, privatizaciones, y alianzas estratégicas que aumentan el alcance y el poder de estos actores.
2. Grupos especiales de influencia (SIG). Estos no son ni gobiernos, ni empresas ni ONG tradicionales; pueden ser bastante diferentes en función del país del que provengan. Entre ellos se incluye a ejércitos nacionales o fuerzas policiales, grupos terroristas, mafias, sociedades secretas, grupos religiosos integristas, instituciones religiosas, grupos de presión específicos o cualquier otra cosa. Estos grupos de influencia especial ejercen su poder a través de diferentes medios y la mayoría de las veces funcionan detrás del escenario.
3. Las organizaciones intergubernamentales (OIG). Las organizaciones intergubernamentales se han multiplicado a un ritmo acelerado desde finales de la Segunda Guerra Mundial. En cierto sentido, constituyen la respuesta gubernamental a la globalización y están formadas por alianzas de gobiernos de Estados-naciones que intentan actuar colectivamente en ámbitos en que la acción individual no es efectiva.
4. Las organizaciones no gubernamentales (ONG). De hecho, este grupo es bastante amplio y heterogéneo. Lo único que las ONG tienen en común es que funcionan con independencia de los gobiernos. Ejercen su influencia en el escenario mundial fundamentalmente a través de acciones centradas que suelen utilizar los mismos medios de comunicación para transmitir su mensaje a la opinión pública. Desempeñan un papel muy valioso en la sensibilización de la opinión mundial, pero no pueden reemplazar ni a los gobiernos, ni a las empresas ni a los grupos de intereses especiales como los protagonistas claves del sistema mundial. Su función más valiosa es la de ser actores secundarios.
5. La sociedad civil. la sociedad civil se compone de todos los ciudadanos del mundo no afiliados a un grupo de interés específico. La sociedad civil se manifiesta, fundamentalmente, a través de las encuestas de opinión, las actitudes generales en torno a ciertos temas y mediante el uso de portavoces o intérpretes como las ONG.
INTERESANTE: ‘La globalización como teatro’ (Valaskakis, K) en pdf
Además de apuntar hacia los agentes de la globalización, Valaskakis añade que este fenómeno abarca graves ‘choques asimétricos’. Estas asimetrías se han manifestado en al menos dos ‘dualidades’ según el autor.
• Primera dualidad: las brechas del empleo. Sólo el 30% de la población realmente ‘trabaja’, y que este 30% es suficiente para producir todos los zapatos, barcos y productos que necesitamos por una razón muy simple: la tecnología ha tenido un gran éxito reduciendo la cantidad de esfuerzo humano necesaria para producir un determinado producto. Estamos produciendo más con menos.
• Segunda dualidad: las brechas de los ingresos. La proporción del ingreso mundial de la quinta parte más pobre de la población mundial ha disminuido del 2,3% al 1,4%, mientras que la proporción de la quinta parte más rica ha aumentado del 70 al 85%. Al mismo tiempo, en 1997, la riqueza combinada de las 350 personas más ricas del mundo era superior al ingreso anual del 45% de la humanidad.
El cisma entre los ricos y los pobres parece estar aumentando no debido a alguna siniestra conspiración global, sino por razones técnicas. Con la globalización de la competencia, los concursos locales están desapareciendo y están siendo reemplazados por campeonatos mundiales donde el ganador se lo lleva todo. A la pregunta ‘¿ha beneficiado la globalización a toda la humanidad?’, en este momento, la respuesta debe ser no o, al menos, no todavía. Entre el 30 y el 40% se puede haber beneficiado, pero la mayoría de la humanidad aún vive en la pobreza. 1.200 millones de personas viven con menos de un dólar diario y no han tenido la oportunidad de degustar los placeres de la bonanza.
RELACIONADO: La desigualdad
Ante este imparable proceso, han nacido varias organizaciones que luchan y se manifiestan en contra de la globalización. Desde los movimientos ‘antiglobalización’ se acusa a este fenómeno de beneficiar a las grandes multinacionales y a los países más ricos, acentuando la precarización del trabajo y consolidando un modelo de desarrollo económico injusto e insostenible. También se acusa a la expansión del capitalismo de socavar la capacidad democrática de los Estados.
Existe cierta controversia sobre el término que define a los movimientos ‘antiglobalización’. Muchos de sus partidarios prefieren el término “altermundismo” o “alterglobalización”, para evitar definirse por oposición, y porque el término “antiglobalización” daría una imagen imprecisa y negativa. El nombre altermundismo viene precisamente del lema “Otro mundo es posible”, nacido en el Foro Social Mundial, que cada año reúne a movimientos sociales de la centro-izquierda política internacional para hablar y reflexionar sobre otros tipos posibles de globalización y de desarrollo.
MIRADA CRÍTICA: Noam Chomsky: ¿Qué es la globalización?
Una vez presentada la ‘globalización’, habiendo visto en qué consiste y cómo afecta al mundo, vamos a profundizar en los tipos de globalización que podemos diferenciar. Este proceso no sólo afecta a la economía, aunque es la globalización económica la que primero se desarrolló y fomentó la difusión de la globalización política y cultural.
Globalización cultural
Comenzamos con la ‘menos técnica’ de todas las globalizaciones. La globalización cultural no entiende de cifras, datos, números, politiqueo, negocios, geoestrategia… Es una globalización sencilla pero que entraña dilemas y reflexiones muy profundas.
Cuando afecta a la cultura, la globalización se caracteriza por un proceso que interrelaciona las sociedades y culturas locales en una cultura global. Existe un interesante debate sobre si se trata de un fenómeno de asimilación occidental o de fusión multicultural.
Normalmente se entiende por globalización cultural a la expansión de la cultura occidental por todo el mundo. Con esta occidentalización, las prendas, música, modas, formas de actuar, pensamiento, etc. adquieren dimensiones y presencia globales. Las tendencias occidentales se difunden por todo el mundo, y se adoptan en países como Brasil, Egipto, Malasia, Bolivia o la India. Hoy en día se pueden ver camisetas de fútbol de equipos europeos en cualquier país del mundo, así como zapatillas de Nike o películas de Hollywood.
globalisation
La globalización cultural encuentra mucha oposición y críticas, la mayoría enfocadas en lo que muy bien representa la viñeta de la derecha: con la difusión y adopción de una única cultura global, todas las personas acaban siendo iguales.
Es Occidente quien dicta el rumbo y el ritmo de la cultura, estableciendo lo que se conoce como ‘modas’. La moda musical, la moda gastronómica, la moda de vestir… etc. Es desde Occidente (principalmente desde Estados Unidos y Europa Occidental), desde donde se exportan las modas.
Si en Estados Unidos está de moda vestir con los pantalones bajados, en el resto del mundo la tendencia seguirá esos pasos. Desde Brasil hasta Corea, pasando por Marruecos, Italia o Taiwan. Si en Inglaterra está de moda escuchar a cierto ídolo juvenil, sus canciones se emitirán en las radios argentinas, sudafricanas, australianas y españolas. Si la Champions League la gana en Fútbol Club Barcelona, serán las camisetas blaugranas las que se vistan en todos los países del mundo.
Es en el Centro (lo que los autores anglosajones llaman ‘the Core’), donde se crean las tendencias y modas que determinan la cultura global, reflejada en la música, forma de vestir, televisión, comida, forma de hablar… Aunque también es cierto que, en ocasiones (y gracias al fenómeno de Internet), tendencias de países no-occidentales pueden adquirir fama en Occidente y en el resto del mundo. Un ejemplo lo tenemos en los éxitos musicales Ai se eu te pego (Michel Teló, cantante brasileño) o Gangnam Style (PSY, cantante surcoreano), una clara muestra de que no importa el idioma ni la nacionalidad, sino la moda.
Aunque no está directamente relacionado con el concepto de ‘globalización cultural’, el siguiente fragmento del Manifiesto del Partido Comunista (Marx, K y Engels, F, 1848) aporta quizás la primera visión y crítica de este fenómeno:
“Mediante la explotación del mercado mundial, la burguesía ha dado un carácter cosmopolita a la producción y al consumo de todos los países. Con gran sentimiento de los reaccionarios, ha quitado a la industria su base nacional. Las antiguas industrias nacionales han sido destruidas y están destruyéndose continuamente. Son suplantadas por nuevas industrias, cuya introducción se convierte en cuestión vital para todas las naciones civilizadas, por industrias que ya no emplean materias primas indígenas, sino materias primas venidas de las más lejanas regiones del mundo, y cuyos productos no sólo se consumen en el propio país, sino en todas las partes del globo. En lugar de las antiguas necesidades, satisfechas con productos nacionales, surgen necesidades nuevas, que reclaman para su satisfacción productos de los países más apartados y de los climas más diversos. En lugar del antiguo aislamiento y la autarquía de las regiones y naciones, se establece un intercambio universal, una interdependencia universal de las naciones. Y esto se refiere tanto a la producción material, como a la intelectual. La producción intelectual de una nación se convierte en patrimonio común de todas. La estrechez y el exclusivismo nacionales resultan de día en día más imposibles; de las numerosas literaturas nacionales y locales se forma una literatura universal.” (Manifiesto del Partido Comunista, 1848)
De entre todas las ideas que se presentan en el Manifiesto y en este fragmento, una de las más interesantes, en relación con la globalización cultural, es la que sugiere esta frase: “En lugar de las antiguas necesidades, satisfechas con productos nacionales, surgen necesidades nuevas, que reclaman para su satisfacción productos de los países más apartados y de los climas más diversos.”
Esta frase, escrita por Marx y Engels en 1848, refleja dos realidades que siguen siendo muy actuales: la creación de necesidades y el consumo de productos extranjeros. En cuanto a la primera, es muy interesante observar cómo hace casi dos siglos Marx y Engels ya advirtieron de este fenómeno: el sistema económico crea necesidades de consumo. Directamente relacionado con lo analizado en el apartado ‘El consumo’, el hecho de que surjan necesidades nuevas hace que la población caiga en la trampa y pase de ser personas para convertirse en consumidores.
Por otro lado, la globalización del consumo ha supuesto que en la sociedad desarrollada y moderna se consuman bienes venidos “de los países más apartados y de los climas más diversos”, es decir, de todo el mundo. Consumimos alimentos de otros países, productos electrónicos del otro lado del Océano, ropa de moda de otras culturas, música de artistas extranjeros, programas de televisión de canales internacionales… etc.
Según Marx y Engels, este consumo globalizado ha crecido en detrimento del consumo nacional y local. Se prefiere una hamburguesa del McDonald’s antes que un plato tradicional del pueblo, y vemos películas de acción de Hollywood antes que cine de autor de nuestro país. En este sentido la globalización cultural ha provocado lo que refleja la viñeta anterior: todos somos iguales.
La globalización cultural, aunque en cierta manera es sinónimo de progreso y modernidad, supone a la vez una progresiva desaparición de valores tradicionales y nacionales, cuya reivindicación, en vez de ser tachada de excesivamente patriótica o anclada en el pasado, tendría que ser defendida por aquéllos que no quieren ver cómo se pierde la identidad de los pueblos del mundo.
No está mal comer un BigMac (la hamburguesa más famosa del mundo), lo que está mal es olvidar la gastronomía tradicional o local, y fomentar de esta manera que sea el BigMac la comida preferida de todos los habitantes del planeta.
RELACIONADO: Ver el apartado ‘Fastfood’ (en modo #FastPost)
El concepto de aldea global
Muy en relación con lo que hemos comentado sobre la ‘globalización cultural’ está el siguiente término: ‘aldea global’. Este nuevo concepto, nacido de la obra del sociólogo canadiense Marshall McLuhan, intenta describir las consecuencias socioculturales de la comunicación inmediata y mundial de todo tipo de información que posibilitan y estimulan los medios electrónicos de comunicación.
Sugiere que en especial ver y oír permanentemente personas y hechos como si se estuviera en el momento y lugar donde ocurren revive las condiciones de vida de una pequeña aldea: percibimos como cotidianos hechos y personas que tal vez sean muy distantes en el espacio o incluso el tiempo, y olvidamos que esa información es parcial y fue elegida entre muchísima otra.
McLuhan se refiere a la Aldea global como un cambio producido principalmente por la radio, el cine y la televisión, medios de comunicación audiovisual que difunden imágenes y sonidos de cualquier lugar y momento y ocupaban un espacio cada vez más importante en el hogar y la vida cotidiana.
Las imágenes audiovisuales de los medios pueden pasar a formar parte de nuestra vida cotidiana casi con el mismo peso que las que percibimos directamente. Antes éramos habitantes de un mundo construido desde nuestro hogar y donde a lo sumo leemos sobre tiempos y lugares lejanos. Ahora vivimos en una aldea donde nos cruzamos permanentemente con todos los lugares y todos los tiempos, que muchas veces predominan sobre las personas y lugares con los que convivimos. El mundo entero se ha convertido para nosotros en una pequeña aldea global, en la que todos somos vecinos en un mismo espacio llamado planeta.
Globalización política
En la política, la globalización hace que los gobiernos van perdiendo atribuciones ante lo que se ha denominado sociedad red, el activismo cada vez más gira en torno a las redes sociales, se ha extendido la transición a la democracia contra los regímenes despóticos, y en políticas públicas destacan los esfuerzos para la transición al capitalismo en algunas de las antiguas economías dirigidas y la transición del feudalismo al capitalismo en economías subdesarrolladas de algunos países aunque con distintos grados de éxito.
Geopolíticamente el mundo se debate entre la unipolaridad de la superpotencia estadounidense y el surgimiento de nuevas potencias regionales, y en relaciones internacionales el multilateralismoy el poder blando se vuelven los mecanismos más aceptados por la comunidad internacional.
Se manifiesta en la homogeneización de las políticas que se aplican en los países de todo el mundo. Las recetas de política económica son casi siempre las mismas: apertura comercial, desregulación y privatización y estabilización… etc. Todas estas políticas son de corte neoliberal, puesto que la globalización está siendo impulsada desde Occidente.
Proceso de intensificación de las interconexiones entre los diferentes sectores dentro del escenario mundial, de tal forma que los sucesos que ocurren en un lado del mundo influyen y repercuten en lugares lejanos a éste. Estos sucesos pueden ser de orden económico, político, social y cultural.
Un proceso diferente de acumulación del capital (última etapa del capitalismo), donde las multinacionales concentran cada vez más la producción. Existe, por tanto, una concepción global de mercado.
La base o pilar donde descansa el fenómeno de la globalización es el avance o innovación técnica. Se instaura una nueva sociedad del conocimiento.
Existe una perfecta movilidad del capital. Del capital financiero (dinero virtual), que prima sobre el capital mercantil (dinero real).
De ello deduzco que los factores de la globalización son: Libre Mercado, Intercambio Comercial, Tecnología y Revolución Informática o Revolución Tecnológica o de la Comunicación.
Los agentes que llevan a cabo este proceso son: OIG´s (Organizaciones Intra-gubernamentales), ONG´s (Organizaciones No Gubernamentales), empresas transnacionales y multinacionales.
Este sistema global tiene varios aspectos que se van relacionando entre sí. Un ejemplo es la economía mundial. Las economías nacionales se están haciendo cada vez más interdependientes unas de otras dentro del nuevo sistema. Esta economía global se basa en el libre mercado, y cada vez el Estado interviene menos en los asuntos económicos de su país. El mercado decide y el Estado vigila y regula, pero no ejecuta los programas económicos.
Ante la política global actual, el Estado ha dejado de ser el actor principal. La diferencia entre política interna y externa de los países está desapareciendo cada vez más. Ante esta realidad, las políticas internas de las naciones tienen que ir adecuándose a la política internacional.
Otro problema al que se enfrenta el Estado es que éste ha dejado de ser el principal promotor del desarrollo. Actualmente sus funciones son como regulador y vigilante de este proceso. Sin embargo, el Estado debe de entrar en coordinación con los demás actores, tales como: empresas y organismos internacionales, para lograr el desarrollo o para lograr ser el promotor principal de éste.
Muchos de los autores que se han ocupado del tema de la globalización, a los cuales trato de seguir, han llegado a una conclusión: que este fenómeno tiene un carácter supranacional, que es inevitable que el poder político olvide su estructura actual, marcada por el Estado-nación, para dar origen a organizaciones supranacionales que puedan ejercer adecuadamente el poder político. Un ejemplo muy claro de esto es la Unión Europea, la única organización internacional que es supranacional. La Unión esta por encima de los estados miembros, ya que están organizados por un Parlamento Europeo, un Tribunal, un Banco Europeo y por un novísimo tratado que quiere tener el honor de ser llamado constitución, pero olvidando lo fundamental de toda constitución no otorgada: que son sus Cortes Constitucionales las únicas que consienten esa potestad.
Durante la década de los años setenta y ochenta se empezó a desarrollar el sistema WOMP (World Order Model Project). Este sistema afirma que el Estado no es el centro y que existen muchas otras formas de organizar el mundo.
Para el analista internacional Peter Drucker, desde hace unos cuarenta años el Estado ha entrado en agotamiento y ha perdido fuerza por el avance en las comunicaciones y tecnologías. Muy al contrario para Harrison Smith, el Estado no ha perdido fuerza, sino que se ha transformado dentro del proceso de la globalización, ya que lo observa como un vehículo para la expansión de la economía global.
Entendemos por “democracia moderna” la forma de gobierno o de organizar el poder político en la que lo decisivo o lo importante es que el pueblo no sólo es el objetivo de la gobernación, sino también el sujeto que gobierna. El principio constitutivo de la democracia moderna es la soberanía popular. El pueblo es la fuente única y legítima de poder. También es el conjunto de procedimientos encargados de hacer viable el principio fundamental de la soberanía popular. Es un procedimiento, no una solución a los problemas de la sociedad. Es la forma de legitimar y autorizar el gobierno.
Se apela a la globalización para explicar el derrumbe de la soberanía de los Estados-Nación, para denunciar la inexistencia de democracia económica y la injerencia de los mercados monopólicos en los servicios básicos de las naciones. La globalización imprimió en las democracias la concepción de los intereses privados como los grandes beneficiarios de la organización social.
En las democracias el principio de ciudadanía implica soberanía popular y ésta supone participación ampliada y variada. Fenómenos como la desesperanza política en los partidos políticos, el absentismo electoral, la corrupción, el fraude fiscal o la falta de debate público ciudadano…, son síntomas de la inexistencia de la praxis ciudadana, relacionados a las carencias de identidades y de ausencia de Estado. Las democracias actuales se corresponden al modelo de Schumpeter, son democracias del mercado.
Ahora, más que nunca, es fundamental la vigencia de una democracia basada en valores éticos, que la convierta en una forma de vida y no solamente en una forma de gobierno. La necesidad de la transparencia está implícita en el concepto de vida honesta y de democracia, y debe estar vigente en todos los actos de la globalización. La democracia debe ser “participativa”, no sólo legal o formal.
Para el analista internacional Ernst Ultrich, la democracia debe de ser reinventada, mediante tres pilares principales. Primero, la forma estatal democrática nacional existente debe de cambiar. Las diferentes naciones cooperan en muchos ámbitos, que los diferentes Estados han acordado o tratado, como Tribunales de Justicia Internacionales, Convenios sobre Derechos Humanos y Medio Ambiente, etc. Necesitamos la democracia estatal, puesto que únicamente ella otorga la necesaria legitimidad para las negociaciones internacionales.
El segundo pilar es la industria privada, que es la que en gran parte produce riqueza. Sin embargo, hay grandes industrias que contaminan y violan los derechos de sus trabajadores. Esto devalúa la democracia, y por lo tanto la opinión pública mundial debe castigar a estas empresas haciendo valer más la democracia y la justicia que lo económico.
El tercer pilar es la sociedad civil. La sociedad civil somos todos nosotros, en particular cuando colaboramos con las diferentes organizaciones e instituciones específicas. Estos organismos pueden contribuir a la democratización y concienciación de los pueblos, marcando el nuevo rumbo de participación.
Los efectos que ha causado la globalización en las políticas externas de los países serían:
La expansión de la OTAN hacia el Este.
Los programas de investigación millonarios de los norteamericanos para crear un escudo defensivo mediante satélites sobre la totalidad de su territorio.
El apetito imperialista de los estados más fuertes por seguir sometiendo a los más débiles.
El desarrollo de los armamentos nucleares ha servido para que más países construyan armas de esta clase.
Hay gran interés por parte de los países en alinearse en bloques comerciales, para poder tener un intercambio económico que los ayude a mejorar la productividad y elevar sus ingresos.
Se apoya la desaparición de las funciones del Estado, así se liberan de la pesada carga de la burocracia y la planificación central estatales, entregándose a la planificación central del Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y la Organización Mundial de Comercio y las grandes instituciones y trasnacionales de la comunidad capitalista.
Ya no se busca el bien común sino evitar males mayores, guerras mundiales, catástrofes epidemiológicas, entre otros.
La democracia pluralista y el libre mercado.
La comunicación y manejo de la información real y verídica en el instante en que suceden los acontecimientos en cualquier parte del mundo.
Descontinuación de los estados nacionales, en donde se reduce su soberanía y con ella la posibilidad de hacer efectiva la democracia, aumentando el poder y fuerza de algunos pocos estados y de las grandes empresas transnacionales que controlan el proceso.
Las corporaciones multinacionales son organizaciones globales que, no localizadas en ningún lugar específico de un Estado-nación concreto, forman una nueva clase gobernante mundial.
Los efectos de la globalización en las políticas internas de los países son:
La pobreza creciente en los países en vías de desarrollo.
El subdesarrollo económico y social.
Explotación y discriminación racial; con ello, resurgimiento de xenofobia.
Contaminación y calentamiento global.
El Estado carece de una perspectiva social, lo que mina las posibilidades de intervención y toma de decisiones de los ciudadanos a través de lo público.
Durante las campañas electorales no suelen prometer un programa neoliberal. Al contrario, critican a los antecesores y se camuflan a través de un discurso nacional y populista.
Apertura comercial y a nuevos programas de calidad y productividad en la industria de los países que generan competitividad.
Falta de preparación de los empresarios de países subdesarrollados para afrontar la globalización. Ello ha causado la quiebra de numerosas empresas, algunas de dimensiones importantes.
Como hemos mencionado anteriormente, uno de los principales actores dentro del marco de la globalización son los organismos internacionales.
Estas organizaciones internacionales tienen su auge en el siglo XX, tras la Segunda Guerra Mundial, animadas por el propósito de que la cooperación y las buenas relaciones entre los estados permitirían evitar los posibles conflictos bélicos.
Las ONG’s representan un papel muy importante dentro de la política internacional. Cada vez más se involucran en la defensa de los derechos humanos, la lucha por el medio ambiente, la protección de refugiados o los niños pobres, entre muchos otros objetivos. Cada vez es más notoria la participación dentro del foro mundial de organizaciones como éstas.
Las organizaciones intragubernamentales (OIG´s) son de suma importancia a nivel mundial, ya que éstos son los foros en donde se tratan de resolver y analizar los problemas de la actualidad. Sin duda, la OIG más importante es la ONU. Esta organización engloba 189 naciones de todo el mundo. En ella se trata de mantener la paz y la seguridad internacional, encontrar soluciones pacíficas y promover el desarrollo. La mecánica de este tipo de organizaciones es redactar resoluciones y recomendar a las naciones que las lleven a cabo, aplicándolas a su política exterior. Este tipo de organizaciones no puede pasar por encima de la soberanía de los países miembros.
A través de este trabajo hemos intentado analizar los cambios que la globalización ha ocasionado dentro de la política mundial. Las consecuencias han sido muchas, pero conseguimos observar con mayor atención cómo el papel del Estado ha cambiado drásticamente a través de los años con el fortalecimiento de la globalización. También más que nunca, la democracia esta tomando un papel cada vez más importante como única fuente de verdadero poder en la sociedad civil.
La globalización política ha unido al mundo, haciéndolo uno. En la actualidad, un país no puede vivir aislado del entorno internacional. Se ha construido una interacción entre países que cada vez se está reforzando más y más. Hoy por hoy, los acontecimientos ocurridos en cualquier parte del mundo repercuten, sin duda alguna, en todos los restantes rincones de nuestro globalizado planeta.
Globalización económica
Se caracteriza en la economía por la integración de las economías locales a una economía de mercado mundial donde los modos de producción y los movimientos de capital se configuran a escala planetaria, cobrando mayor importancia el rol de las empresas multinacionales y la libre circulación de capitales junto con la implantación definitiva de la sociedad de consumo.
Globalización Comercial
Se refiere al desarrollo de un mercado cada vez más libre y en el que se produce más para el mercado mundial que para el nacional. Organismos como la OMC se encargan de velar por el cumplimiento de una serie de acuerdos que garanticen el libre comercio mundial.
Globalización Financiera
Hace referencia a la libre circulación de capitales a nivel mundial. Estos capitales se desplazan de un mercado a otro sin tener en cuenta la nacionalidad de los propietarios y buscando la máxima rentabilidad.
Globalización Productiva
Es simplemente la distribución por el mundo del proceso productivo. En los últimos años se está dando un tránsito de la producción industrial en masa hacia formas de producción mucho más difusas y flexibles. La mayoría de los bienes manufacturados raramente son producidos íntegramente en una sola fábrica.
Globalización Laboral
Es la fragmentación de los mercados de trabajo. Las empresas buscan siempre distintas vías para reducir sus costes de producción optando la mayoría de las veces por la más sencilla de ellas: la reducción de los costes laborales. ¿Cómo? Deslocalizando su producción y estableciendo fábricas en aquellos páises donde la mano de obra es barata, con lo que consiguen sustanciosas rebajas en sus costes, muchas veces a costa de la calidad de vida de sus empleados.